En un mundo donde la sostenibilidad se ha convertido en un imperativo, cada individuo tiene el poder de marcar la diferencia. La contribución personal al desarrollo sostenible no solo es posible, sino esencial para abordar los desafíos ambientales que enfrentamos. A continuación, ofrecemos información y consejos prácticos sobre cómo cada uno de nosotros y en comunidad puede desempeñar un papel significativo en la promoción de prácticas sostenibles en nuestra vida diaria.
Reducción del Consumo de Energía:
Optar por fuentes de energía renovable, apagar los dispositivos electrónicos cuando no se utilizan y aprovechar la luz natural son pequeñas acciones que, acumuladas, pueden reducir significativamente el consumo de energía.
En 2019, alrededor del 11% de la energía primaria global provenía de tecnologías renovables. La
Agencia Internacional de Energía espera que el uso de energía por parte de nuevos dispositivos electrónicos se triplique para 2030, pero también ve un considerable margen para una mayor eficiencia
Consumo Responsable:
Tomar decisiones conscientes al comprar productos es fundamental. Elegir artículos duraderos, reciclables y provenientes de prácticas sostenibles no solo beneficia al medio ambiente, sino que también impulsa a las empresas a adoptar prácticas más respetuosas con el planeta.
El consumo responsable es una práctica que está ganando cada vez más relevancia en Argentina. Según la Encuesta Nacional sobre Consumos y Prácticas de Cuidado (ENCoPraC) realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) en 2022, se ha observado un aumento del 15% en la conciencia sobre el consumo responsable en comparación con el año anterior. Esto indica que los argentinos están tomando decisiones más conscientes al comprar productos, eligiendo artículos duraderos, reciclables y provenientes de prácticas sostenibles.
Estas decisiones no solo benefician al medio ambiente, reduciendo la huella de carbono en un estimado de 20%, sino que también impulsan a las empresas a adoptar prácticas más respetuosas con el planeta. Al elegir productos que se alinean con los principios de sostenibilidad, los consumidores están enviando un mensaje claro a las empresas sobre lo que valoran. Esto, a su vez, puede incentivar a las empresas a implementar prácticas más sostenibles en sus operaciones, con un aumento del 25% en las empresas que informan de prácticas sostenibles en los últimos cinco años. En última instancia, cada elección que hacemos como consumidores tiene el potencial de contribuir a un futuro más sostenible.
Gestión de Residuos:
La reducción, reutilización y reciclaje son clave. Minimizar el desperdicio, compostar los residuos orgánicos y reciclar adecuadamente son acciones simples pero impactantes.
Como dijo Bea Johnson, reconocida como ‘La Sacerdotisa de la Vida sin Residuos’ por el
New York Times, “Rechaza lo que no necesitas; reduce lo que sí necesitas; reutiliza lo que consumes; recicla lo que no puedes rechazar, reducir o reutilizar; y compostar (descomponer) el resto”. Estas palabras resaltan la importancia de la gestión de residuos y cómo cada pequeña acción puede tener un gran impacto en nuestro planeta.
Concientización y Educación:
La concientización y la educación son fundamentales para promover la sostenibilidad. Compartir información sobre sostenibilidad con amigos y familiares no solo crea conciencia, sino que también fomenta la adopción de prácticas sostenibles. Según un informe global de The Economist Intelligence Unit, se ha observado un aumento del 71% en las búsquedas en línea de bienes sostenibles a nivel mundial en los últimos cinco años1. Este “eco-despertar” está ocurriendo tanto en países de altos ingresos como en economías en desarrollo.
La educación continua sobre temas ambientales fortalece la conexión entre las acciones individuales y los resultados globales. La educación para el desarrollo sostenible (EDS) es la respuesta del sector educativo de la UNESCO a los urgentes y dramáticos desafíos que enfrenta el planeta. La EDS tiene como objetivo provocar la transformación personal y social necesaria para cambiar el rumbo. Además, se ha demostrado que la educación es la clave que permitirá lograr muchos otros Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Cuando las personas pueden obtener una educación de calidad, pueden romper el ciclo de la pobreza. La educación ayuda a reducir las desigualdades y a alcanzar la igualdad de género. También empodera a las personas en todas partes para vivir vidas más saludables y sostenibles.
Movilidad Sostenible:
Optar por medios de transporte más ecológicos, como caminar, andar en bicicleta o utilizar el transporte público, contribuye a la reducción de emisiones de carbono y aliviar la presión sobre los recursos naturales.
En Argentina, en el año 2013 la ciudad de Rosario fue pionera y líder en transporte sustentable según un informe del
Banco Mundial que le otorgo una mención honorifica por la construcción de ciclovías y la automatización en el desarrollo de un sistema para la eficiencia del Transporte público. El plan no surgió de un día para el otro. Fue un proceso participativo que dio lugar a un Pacto de la Movilidad firmado por más de 200 instituciones, lo que garantizó la posibilidad de empezar a desarrollar una cultura de movilidad sustentable.
Participación Comunitaria:
Involucrarse en iniciativas locales de sostenibilidad, como proyectos de reforestación, limpieza de espacios naturales y actividades comunitarias, fortalece el tejido social y contribuye directamente al bienestar del entorno.
La participación comunitaria en iniciativas locales de sostenibilidad ha demostrado ser un factor clave para el cambio en muchas ciudades. Por ejemplo, 25 megaciudades, incluyendo Río de Janeiro, Nueva York, París, Oslo, Ciudad de México, Melbourne, Londres, Milán, Ciudad del Cabo, Buenos Aires, Caracas, Copenhague y Vancouver, se han comprometido a ser neutrales en carbono para 2050. Estas ciudades están implementando diversas estrategias para reducir sus emisiones de carbono, incluyendo la creación de Zonas de Bajas Emisiones (ULEZ), la expansión de las redes de ciclovías y la promoción de la participación ciudadana en proyectos de reforestación y limpieza de espacios naturales.
Involucrarse en estas iniciativas no solo contribuye a la sostenibilidad ambiental, sino que también fortalece el tejido social y mejora el bienestar de la comunidad. Según un estudio del Banco Mundial, la participación comunitaria en proyectos de infraestructura a pequeña escala ha mejorado significativamente la sostenibilidad de estos proyectos y ha asegurado que respondan a las necesidades de las comunidades más pobres. Además, la participación comunitaria en la toma de decisiones sobre el desarrollo sostenible aumenta la responsabilidad y la confianza entre los miembros de la comunidad y sus funcionarios electos, lo que a su vez promueve la aceptación de las políticas y aumenta la probabilidad de que se produzcan cambios reales.
Cada elección que hacemos a diario tiene un impacto acumulativo en el mundo que compartimos. Al adoptar prácticas sostenibles, no solo mejoramos nuestra calidad de vida, sino que también dejamos un legado positivo para las generaciones futuras. El desarrollo sostenible es un viaje conjunto, y cada individuo es una pieza fundamental en la construcción de un futuro más equitativo y respetuoso con el planeta. ¡La responsabilidad está en nuestras manos
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