En Argentina, más de un siglo atrás, el 28 de julio de 1916, investigadores y hombres de letras integrados al Museo de Historia Natural que funcionaba en la histórica Manzana de las Luces, fundaron la Sociedad Ornitológica del Plata, hoy Aves Argentinas. Su constitución fue impulsada por estudiosos destacados como Roberto Dabenne, Eduardo Holmberg, Juan B. Ambrosetti y Ángel Gallardo, acompañados por personalidades de la talla de Cecilia Grierson, la primera médica argentina, o el célebre escritor y ornitólogo de campo Guillermo Enrique Hudson como corresponsal en el exterior. El objetivo era el de agrupar a los amantes de las aves, advirtiendo ya sobre problemas del deterioro de la naturaleza en general. De alguna manera fue el nacimiento del ambientalismo argentino.
Aunque las acciones se han actualizado, un siglo después, los objetivos y misión de estudio, divulgación y conservación de las aves y sus ambientes se mantienen como en el momento de la fundación.
En Aves Argentinas trabajan en favor de las más de 1000 especies de aves silvestres y sus ambientes, con proyectos y acciones de conservación, investigación, educación y divulgación junto a investigadores, técnicos y una amplia red de voluntarios y más de 100
Clubes de Observadores de Aves.
Contribuyen a la conservación de hábitats; identificando, monitoreando y restaurando áreas importantes para la conservación de las aves. Protegen sitios y promueven el cuidado de estas áreas claves para la biodiversidad, impulsando políticas públicas y generando reservas urbanas y Parques Nacionales. Llevan adelante proyectos de conservación de ambientes en la Patagonia, el bosque atlántico y las pampas.
Salvan especies, trabajan para prevenir la extinción de estas, mejoran la situación de conservación de las aves amenazadas y evitan que se incrementen la cantidad de especies en peligro en nuestro país. En los últimos años han trabajado activamente en la conservación de especies amenazadas como el aguilucho langostero, el yetapá de collar, el macá tobiano, el tordo amarillo, el albatros de ceja negra y el cardenal amarillo, entre otras. Dictan cursos orientados a generar conciencia y lograr cambios de conducta en la sociedad, desarrollan publicaciones científicas y estudios sobre el estado de conservación de las aves. Además, promueven contenidos y actividades para despertar en las personas la pasión y el amor por la naturaleza.
También fomentan el turismo de naturaleza como impulsores de desarrollo de economías regionales a través de actividades amigable con el ambiente y trabajan en la implementación de prácticas productivas más amigables con la naturaleza como la ganadería sustentable de pastizal o métodos para mitigar el impacto de las pesquerías en las aves marinas, a través de iniciativas como la Alianza del Pastizal y el Albatros Task Force, respectivamente.
Todos los proyectos que
Aves Argentinas llevan adelante de cuidado y conservación de especies incorporan los componentes de educación, divulgación e investigación con fuerte hincapié en las relaciones con los pobladores locales.
100 años de trabajo en Equipo
Hoy, instalados en el barrio porteño de San Cristóbal, cuenta con más de 3000 socios en el país y principales aliados en la defensa de las aves.
Para buscar revertir la extinción de las más de 120 especies en peligro, Aves Argentinas impulsó dos estrategias: conectar a los argentinos con la naturaleza y gestionar la protección de sitios clave para la supervivencia de las especies. Por ejemplo, ha organizado cientos de cursos de observación de aves e impulsado la Escuela Argentina de Naturalistas, que desde 1989 viene formando intérpretes naturalistas y naturalistas de campo.
En el año 2007 lanzó la iniciativa Clubes de Observadores de Aves, que motiva a vincularse con las aves y abogar por su protección. A la vez, sus programas de conservación de Pastizales, Reservas Urbanas, Aves Marinas, Áreas de Importancia para las Aves o Especies Amenazadas confirman su prestigio conservacionista.
Últimamente invierte esfuerzos en la creación de nuevos parques nacionales, con resultados alentadores. Su participación y en alianza con otras instituciones para conformar el Parque Nacional Patagonia, por ejemplo, permitió que los argentinos conservemos un ambiente natural único, representativo de una marca natural registrada a nivel internacional y con poblaciones animales en peligro y paisajes impresionantes.
Otras notas de esta sección